Cuervos en París

Hay cuervos en París. Brillantes, enormes, caminando los jardines, saltando por los arbustos y volando por encima nuestro. No me acuerdo haberlos visto hace dos años, la primera vez. Me acordaría del miedo. Miedo de que no me tengan miedo, y de que estén esperando un momento de distracción para sobrevolarme bajito y arrancarme los ojos, como en las películas de terror. Los chicos de gorra amarilla los corren para asustarlos y yo me siento a salvo, como si fueran mis guardianes, como si supieran que sus graznidos roncos y aleteos pesados me perturban. Porque estoy de vacaciones y quiero relajarme leyendo a Lena Dunham en París.

Deja un comentario