#Selfie

Al lado de mi metro cuadrado de paz, en el Jardín de Las Tulerías, se instalan tres chinas teñidas, fashion victims de Occidente. No se dan cuenta que el selfie stick (cómo odio esa nueva acuñación) está bajo condena social ni que estoy a punto de cometer un escándalo verbal si escucho otra foto hacer clic. Me pregunto -clic- si sabrán que -clic- la mitad del -clic- mundo tiene a su -clic- raza en la mira de -clic- no simpatizantes. Clic. Girls, can you silence the camera please? Uh? The sound…? Yes, please, thank you. Y las chinas se van.

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