Ella era amarillo.
Visible solo por su vestido oro,
clavados los ojos se mutaba
en infinitos alephs.
Amarillo sol de mediodía.
Amarillo flor de campo.
Amarillo globo de cumpleaños.
Amarillo farol de una calle adoquinada.
Amarillo fotos de abuela.
Amarillo luna de madrugada.
Amarillo arena bajo la espalda.
Amarillo libro en la falda.
Ella era amarillo.
Era un sinfín de imágenes que no vería nunca.
[Poema publicado en Revista Nido: http://www.revistanido.com/nota.php?id=64]
